sábado, 23 de marzo de 2013

Por qué no tocar una moneda con las manos

Los numismáticos siempre hemos aprendido que no debemos tocar nuestras monedas con las manos, pues podemos dañarlas a largo plazo, pero ¿por qué?

En nuestra piel existe lo que llamamos manto ácido. El pH promedio de la piel se sitúa alrededor de 5,5 (ligeramente ácido; recuerdo que un pH 7 es neutro); típicamente entre 4,5 y 5,9 dependiendo de la zona de la piel en estudio.

Este manto ácido actúa como una barrera protectora contra factores ambientales y microorganismos. Además sirve para mantener una humedad constante y proporciona suavidad a la piel. Para mantener una piel saludable es necesario preservar este manto ácido que puede ser destruido por productos de limpieza agresivos o un pH inadecuado en los productos de cuidados para la piel.

Si se producen estos cambios de pH que alcalinicen la piel, ésta reaccionará produciendo más ácido, al mismo tiempo que producirá  alteraciones patológicas de la piel.

Como componentes de este manto ácido, tenemos el manto aéreo (formado por la emisión de CO2 que procede del metabolismo celular) y la emulsión epicutánea. Ésta última está compuesta por una fase acuosa, relacionada con el sudor, y una fase oleosa formada por los lípidos de las glándulas sebáceas. Esto impregna la superficie de la piel y en ella se diluyen la mayor parte de los metabolitos de la piel.

En el manto ácido se produce de manera natural una colonización bacteriana estable desde que somos niños. Existen, por tanto, distintos tipos de bacterias y hongos residentes que, puntualmente, pueden convertirse en patógenas.

Además, el mantenimiento del manto ácido está relacionado con la humedad, por lo que existen mecanismos en la piel para mantenerla en valores que no desciendan del 10% para mantener la flexibilidad en la capa córnea de la misma. Para mantener dicha humedad, la epidermis proporciona el mecanismo del factor natural de humectación (FNH).

Sustancias de las que depende el pH de la piel:
- ácido láctico y ácido urocánico (procedentes del sudor).
- aminoácidos dicarboxílicos (glutámico-aspártico).
- ácidos grasos libres de bajo peso molecular (propiónico, butírico y pentanoico).

Sustancias que contribuyen a mantener la humedad en la piel (FNH):
- aminoácidos libres.
- ácido pirrolidoncarboxílico (PCA).
- urea.
- glucosamina.
- iones como sodio, calcio, potasio y magnesio.

Actuaciones sobre la piel:
- tras un lavado de manos, se recupera el pH en aproximadamente una hora, en condiciones normales.
- una intensificación anormal de los lavados de manos, provoca una alcalinización más continua en la piel que favorece la presencia de organismos patológicos; es decir, que la acidez de la piel actúa como barrera protectora contra ciertos microorganismos.

Resumen a tener en cuenta por el numismático para el uso de monedas

- la piel tiene un cierto carácter ácido que puede transmitirse por contacto a nuestras piezas numismáticas. Recordemos que una de las causas de corrosión en nuestras monedas es la presencia de una sustancia ácida que inicia y mantiene posteriormente dicho proceso.
- el lavado de manos neutraliza dicha acidez aproximadamente durante una hora, en condiciones normales.
- ciertas sustancias lípidicas (grasas) están presentes en la piel y pueden transmitirse a nuestras monedas.
- la colonización bacteriana está presente de forma natural en nuestra piel.
- la presencia de sustancias humectantes en nuestra piel (FNH) contribuye a aportar a nuestras piezas iones como sodio y magnesio, que pueden colaborar en la formación de sustancias corrosivas para los metales.

1 comentario:

  1. muy interesante el articulo, ni mencionar que debo leer mucho más para aprovechar mucho mejor el generoso compartir del autor del blog:
    Muy agradecido, Manuel Pérez Peña.

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